Mucho me temo que mucho les debo a los norteamericanos. Y no solamente yo, sino, mucho les debemos todos en el globo. Además de la deuda eterna mexicana, la deuda de sangre afgana, la deuda infantil de napalm vietnamita y los tributos imperiales que aplican a todos los países donde el Tío Sam deja una fábrica de Nike por allá y una democracia por acullá, tenemos una paga cultural que debe realizarse a la sazón del honor. Los países subdesarrollados se morirían de tristeza y hambre sin la sonrisota de una cajita feliz para rellenar su canasta básica, el aburrimiento aturdiría a los desafortunados tercermundistas carentes de las carcajadas artificiales de series tan profundas y edificantes como Friends, muchas mujeres se perderían de la verdadera liberación femenina proclamada, con ayuda de estereotipos sexuales, en Esposas Desesperadas y nadie sabría lo que vale realmente la vida, hasta verla brutalmente erradicada de un país en el programa favorito de la familia americana con horario estelar: la Justa Guerra en Pos de la Libertad.
El mundo sería otro sin los Americanos, primero, porque todos los que vivimos en América lo seríamos, no sólo ellos que se achacaron la responsabilidad de dirigir el continente, segundo porque la industria de la música volvería a ser el arte de la música, y tercero, pero no último, porque la autonomía cultural podría florecer otra vez.
El largo brazo de la ley yankee, larguísimo por metiche, rige con firmeza en los lugares más insospechados, desde los kilos de grasa en infantes con deplorables hábitos alimenticios, hasta el buffet de iglesias cristianas refundidas en lo más profundo de las junglas hindúes. Ahí los nobles misioneros se abanican el calor con billetes de cien dólares y se limpian el culo con impresos de los sacros vedas. Numerosos restaurantes de Mc Donalds manufacturan hamburguesas vegetarianas, porque se hacen con vaca que come solo plantas, ignorando las costumbres éticas hindúes. Las tradiciones y vestimentas nacionales son suplantadas sistemáticamente por medio de la auto-vergüenza obligada y descarada propaganda a favor del welfare gringo.
Mucho me temo que mucho le debe la India a los Estados Unidos. Hagamos un pequeño recuento de las bonanzas made in USA importadas a esta nación:
En religión y humanismo:
Un país iluso como India, con un mínimo desarrollo cultural que data de hace más de cinco mil años, necesita hoy como siempre el auxilio ideológico del evangelio, que data de nada más dos mil años y que cambia con cada movimiento de la bolsa de valores Y/o capricho arbitrario de fanáticos pro-vida.
Afortunadamente, grupos humanitarios como Christian Aid y MICM, ya se adelantaron a las necesidades hindúes, e incluso a las remotas peticiones de evangelización, dedicándose en cuerpo y alma a imponer la fe cristiana, o post-judaica para evitar correcciones burocráticas. Erigen una nueva Trinidad, bien progresista para aliviar el atraso espiritual de los confundidos seguidores de Buda. Esta nueva Persona divina sustituye a los Tres Dioses Principales del hinduismo, Vishnú, Siva y Brahma, por el siempre tolerante Jerry Falwell representando al dios conservador, Tomas de Torquemada como el dios destructor (digno de temerse) y a John Harvey Kellogg, el dios creador y encargado de la purificación de los paganos, por medio de enemas forzados y mutilación genital.
No conformes con sanear la ridícula y nociva fe hindú, que promueve la imposible igualdad entre todos los seres del universo y el respeto divino a las cochinas y satánicas vacas, los cristianos también metieron su cuchara en la economía y salud de los pobladores hinduistas. De esta manera si un leproso acude al hospital de caridad, es tratado y no se le cobra un centavo… hasta tiempo después de su recuperación, cuando habrá de pagar con dinero la cuenta monstruosa o convertir, de manera también monstruosa, a sus familiares a la fe cristiana. Cada convertido vale por una cierta cantidad de dólares y si uno se vuelve misionero, cabe la posibilidad de recibir bonos de despensa y una Biblia completamente gratis. El mismo método aplica para casas de empeño, cuevas de usura, dónde prestan si se prestan a empeñar el alma de sus hijos al señor todopoderoso.
Así pues India le debe la libertad de cultos a las misiones, mayormente estadounidenses, porque desde la perspectiva de Cristo y Co., el que no está con él está en su contra y los que están con él son libres, siempre y cuando aprueben TLC’s y se liberen a sí mismos de la libertad de elegir otra religión.
Infortunadamente los humanos somos ingratos, nada más grosero de que defender neciamente la propia cultura ante el intento acosador de ser convertidos a otra mejorcita, aunque no se desee. Tal es así, que ciertos fundamentalistas terroristas primitivistas presumiblemente abortistas hindúes, se niegan a recibir al cordero de dios, alegando injurias contra los misioneros, ¡hasta violentándolos! cuando éstos sólo intentan introducir la palabra de dios en sus hogares, casi siempre hasta la cocina y por la fuerza.
Como de costumbre los misioneros, limpios de todo pecado, se ocupan de tirar las piedras que sean necesarias para descalabrar las religiones autóctonas, recordar a los hindúes que todos somos culpables de tener impulsos naturales y hacerse las víctimas ante los ojos del gobierno y los feligreses del mundo. Los 22 misioneros arrestados el 20 de marzo de 2007, bajo acusaciones de proselitismo, violación de hogar y ofensas intencionadas con el fin de destruir la paz, sabrán a qué me refiero. En esta situación la intolerante, racista y fundamentalista población de Bada, denunció a estos mártires por distribuir propaganda pro-cristiana y anti-hinduista.
Pero los misioneros no se rendirán jamás, afirma un estudioso cristiano anónimo por seguridad, en el sitio web www.unored.com, ellos no temen a la minoría anti-cristiana de menos del 1% de los hindúes, porque la mayoría está contentísima de recibir a Cristo S.A. de C.V.. Debe reafirmarse que aquella es una mayoría etérea, asegurada por las observaciones del erudito encubierto, que no necesitan investigaciones, y entre la que, obviamente, no se incluye el poblado de Bada ni los globalifóbicos retrógradas que exigen la no intromisión de los cristianos en su devenir cultural.
Auxiliados por el Ku Klux Klub Social, los cristianos con solidez afirman no irse, hasta que todos los demonios sean exiliados de India, o por lo menos hasta que el Taj Mahal sea declarado oficialmente templo de cristo, por los siglos de los siglos santos, amén.
En Cultura:
Los estadounidenses son muy cultos, saben todo del mundo entero y quieren transmitir su erudición a India. Por supuesto, en su perspectiva el mundo entero significa Estados Unidos, y el ser culto, la sabiduría de la obediencia. Por parte del graduado de Yale George W. Bush, el objetivo historiador Dan Brown y la doctora en bromas genitales Sarah Silverman, viene para los hindúes una revolución cultural, al módico y nimio precio de perder cinco milenios de sublimes tradiciones.
Si el maestro Ram Madhav Varasini en su conferencia “Espiritualismo Hindú vs Global Materialismo”, expone el escándalo de una invasión indiscriminada y voraz por parte de las costumbres globales en detrimento de la cultura india, se equivoca. En verdad la invasión es innegable, pero no global, pues la cultura más promocionada como la mejor encaminada para el crecimiento del ser no proviene de todo el mundo, sino que se compone, casi en su totalidad, de la moral gringa.
Desde la década de los 80’s se observa una fuerte “americanización” en la población hindú, principalmente el sector juvenil. Varasini menciona la existencia de una trampa materialista, compuesta por un desprestigio paulatino de la cultura autóctona de un país, cuando es ridículamente comparada con la occidental. Los ataques se realizan de manera sistemática y masiva, con el auxilio de los medios informativos, de este modo promocionan la idea de que siempre es más cómodo vestir jeans y playera de marca, a seguir utilizando las vestimentas originales de India.
El modo de vida hindi también se ve trastocado por esta guerra sucia del materialismo irracional. Si el sentido común promueve la meditación y la frugalidad como una medida para apaciguar las bajas pasiones del espíritu, el yankee-style ordena alzar todas las bajas pasiones a través del consumo y el arte de ver televisión, hasta que ya no se recuerde lo que significa tener espíritu.
En este horror de hipocresías, carpe diem y spring breaking, se ve envuelta la música. Los atroces videos, versiones del éxito pop “Thriller” de Michael Jackson, producidos en India, muestran el severo daño que las aparentes bagatelas masivas de USA, generan en el pensamiento artístico de una región. Pero de nada hay que preocuparse, cuando los hindúes lleguen a poseer el nivel intelectual tan bajo y controlable de los estadounidenses, no existirá nadie que extrañe las antiguas manifestaciones musicales, la danza tradicional o ninguna expresión que no se transmita en la cadena FOX.
Espiritualismo:
La construcción mítica hindú es mosaico de alegorías magníficas que exploran el nacimiento y crecimiento del universo según las características geográficas, físicas e ideológicas de sus creadores. Es una parte primordial del pensamiento espiritual hindú que debería conservarse a toda costa. No obstante hemos de reconocer también el avance cultural que representó el movimiento Beat y el Psicodélico, donde se perseguía una estética distinta a lo convencional, casi mística, por medio de la introspección y el uso de narcóticos.
Unir dos expresiones contemplativas de esa profundidad seguramente derivaría en revelaciones dimensionales de sapiencias inexploradas. Sin embargo el turismo interno no es negocio, la introspección no reporta beneficios cuantificables, que engrandezcan el volumen tumefacto de nuestro bienamado sistema material. Entonces los estadounidenses han hecho algunos ligeros cambios en lo que a travesías espirituales hindúes se refiere. Primero, habrá que olvidarse del Soma, la droga benéfica no adictiva y que representa el placer completo, para llegar a la verdad eterna de la conformidad no es necesario ni siquiera el LSD6.
A falta de estas drogas catalizadoras de la iluminación, los gurús gringos, nuevos pensadores que defienden la Lobotomía como sinónimo del Nirvana y el psicoanálisis a la Freud como superior al pensamiento Socrático, recomiendan el uso de la fluoxetina, más barata y más estable que otras sustancias.
¿Quién necesita de la apreciación del universo como un sistema vivo que contempla todos los estados de la existencia y provee conocimientos sublimes sobre el alma y el ser, cuándo por medio de un viaje de Prozac puede aceptarse con una modesta sonrisa que el cuarto es cuadrado, porque es cuadrado, y si el sheriff te ha golpeado salvajemente, es porque algo malo has hecho?
Con el uso de esta maravillosa droga prosaica y “normalizante”, la felicidad verdadera está más al alcance de la mano que del alma, y se compra en frasquitos sin necesidad de redundancias filosóficas agotadoras.
Estas y otras numerosas recompensas derivan directamente de la presencia americana en países como India, que tiene la enorme fortuna de encontrarse en la mira militar yankee, cuando acaben de amenizar Irak, Irán y demás países del Medio Oriente.
Ahora es evidente por qué pocos se resisten a la americanización, y los que lo hacen terminan pobres como Cuba, que solo por su orgullo se sostiene. ¿Qué no ven los beneficios innegables de ser invadido? En Afganistán ya hay más riqueza per cápita, porque la destrucción facilita la distribución más justa de las ruinas y habiendo mucho menos población viva todos tienen más riqueza en metales, en rifles, balas y minas antipersonal.
Actualmente India está en grave peligro, su conocimiento antiquísimo y bellezas artísticas están siendo suprimidas con rapidez por la fuerza de extranjerismos materialistas, religiones autocráticas que añoran el control inquisidor perdido en otros países, y una cultura vacía, apócrifa de nombre global, pretenciosa de unificar a la diversidad mundial, cuando solamente busca homogeneizar el globo, haciéndolo más dócil y adecuado para cumplir los intereses de unas cuantas corporaciones primer mundistas. Como los tigres asesinados por malicia, necedad y ganancias superficiales, desaparecen los ideales biocéntricos y humanistas de la cultura hindú, el capitalismo dice “NO” a la hermandad universal y los monstruos industriales cambian monjes budistas por burócratas cristianos.
Ram Madhav Varasini advierte sobre el peligro de la globalización en su país a la vez que manifiesta su preocupación por México, hermano de India por sus raíces culturales. Hace un llamado, que yo secundo en este texto: el de pagar a los gringos lo mucho que les debemos, pero no a fuerza de sangre, muerte, imposiciones y uniformidad controlada, más bien como la Tierra que responde con flores a los escupitajos. Es necesario solventar esta deuda hiriente con la defensa intelectual y artística, de la cultura original y el espíritu diverso, incontrolable por su vigor, para detener la grisácea cubierta de un modelo existencial enemigo de la vida y la libertad natural: la globalización.
.C.