lunes, 21 de abril de 2008

De Racismo I

Los racistas... bichos curiosos, en especial me llaman la atención los skinheads y algunos más sofisticados, como los que, además de recurrir a la estúpida violencia, arrastran el precepto hitleriano de la superioridad aria probada en el arte. Recuerdo haber visto un sitio de nacionalistas americanos vanagloriarse del trabajo de Plinio el Viejo y Caravaggio, argumentando que ni negros ni judíos (y obviamente nadie más que los blancos) podían aspirar a tal maestría fuera en arquitectura, música, literatura o su favorita: la invención de prejuicios...

Leyendo un poco más me di cuenta de lo obvio, el Frente para la Protección del Occidente es poco más que una irrisoria página de odio planeada por chiquillos estadounidenses xenofóbicos y mentalmente estrechos, con el auxilio filosófico de películas clasificación B (previamente aprobadas por el Tío Sam), Wikipedia en pantalla y la referencia de un "manual de política fácil para sonar inteligente diciendo sandeces" léase Mein Kampf.

El racismo es el camino simple a la autoestima falsa, pocas cosas resultan mejor que negar la dignidad de otros para brillar un poquito. Es nada más un recurso cobarde, simplificador del mundo en adjetivos morales como bueno y malo, superior e inferior con la pretensión de entender la existencia sin molestarse en pensar verdaderamente, sin discernir los colores, sabores y conocimientos de la pluralidad humana.

Supongo esta riqueza heterogénea y enorme terminó por asustarlos, y como sabemos con el miedo surgen conductas idiotas.

Parece que los jóvenes nacionalistas, tan orgullosos del arte "ario" (término desvirtuado por los racistas nazis, pues procede de la antigua cultura hindú), desconocen los soldados de terracota chinos detallados hasta la obsesión perfeccionista y las pirámides egipcias, construcciones tanto o más avasalladoras que las catedrales europeas, erigidas mientras los griegos apenas empezaban a filosofar y los divinos albos se comían unos a otros, bramando feroces sus lenguajes inmaduros, espantados hasta del fuego que los calentaba.

No habrán leído a Franz Kafka, pues aseguran que los judíos son incapaces de crear literatura, hablan de Mozart pero no de Art Tatum el pianista negro virtuoso, juran que la complejidad de la música blanca no tiene rival, tal vez en su pequeño mundo de gris plástico no suena jamás el Jazz, equiparable en complejidad a las composiciones barrocas... y si supieran de poesía amarían a Walt Withman y T.S. Elliot sin siquiera haber leído a Octavio Paz y José Cruz.

Francamente no alcanzo a entender la subsistencia del endeble odio, carente de bases sólidas igual que el orgullo necio de los fascistas omnifóbicos. Ni como los supuestamente cultos se hinchan de arrogancia, como ampollas, presumiendo el arte como un accesorio de status. Esto demuestra terminantemente la estupidez y el grave error en que el racismo, de una u otra manera, siempre cae, porque si bien la destreza artística de un colectivo social es motivo de orgullo, no puede ser de ninguna manera un enrejado de aislamiento, ni paradigma de superioridad. El arte está hecho de ideas, de interacción, fusión y convivencia intercultural, no le pertenece a nadie y no puede restringirse por su naturaleza abstracta.

Los racistas que defienden su carácter autóctono por el arte se contradicen, pues la pintura, la música y demás ambrosías unen a todas las razas en una especie. Como los genes que inevitablemente se conectan, los lazos artísticos niegan cualquier diferencia separatista entre un camerunés y un alemán, pues las pieles al final solo nos cubren del sol, mientras que las ideas nos liberan del olvido.

Los racistas en todo país y sector deberían empezar a preocuparse por rellenar con algo noble esa epidermis vacía que tanto cuidan y admiran ante el espejo, tan frágil y superfluo como su pensamiento.

.C.

2 comentarios:

noir_neko dijo...

La perspectiva que tomas acerca del racismo es directa, sin rayar en lo típico, y con tu inconfundible sarcasmo.

Me encantó: "las pieles al final solo nos cubren del sol, mientras que las ideas nos liberan del olvido."

:D

TheVilCef dijo...

Y al final la piel se pudre, se agrieta, se quema, es inocua y volátil, un simple elemento físico.

Pero las ideas subsisten, como la energía que son, se liberan al ambiente y vibran con canciones de cafeína que despiertan el espíritu adormilado por las mentiras.

El mundo está hecho de ideas, no de pieles, gracias por dejar tus ideas beta_mx...

.C.